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Cheesecake con vainilla y moras. Recuerdos de niñez

21 sept 2016



Según te vas haciendo mayor, te vas dando cuenta que los ingredientes más asiduos en tu cocina tienen un significado especial. Algo que te liga a tu familia, y más en concreto a las mujeres de mi familia.
Si, mi familia es una familia de mujeres, aunque yo haya roto la norma. Nos criamos a medias en casa de mi abuela, con muchas de las hermanas de mi madre y con primas.

Y casi siempre todas en la misma diminuta cocina con armarios de obra y los bajos de tela.

Las sopas, los pollos al ajillo, las roscas, las flores, los pestiños … todos están en mi memoria.

Pero también recuerdo como si fuera ahora mismo el salir a la montaña a por los frutos que nos regalaba el campo. Setas, piñones y como no, moras!!

Aun recuerdo como a los más pequeños nos daban unos palitos muy finitos y sin hojas para que las fueramos pinchando allí. Al acabar volvíamos todos a casa y nos poníamos morados de tanto comer. Creo que ni una sola vez dio para hacer mermelada!!



Ahora cuando yo hago lo mismo con mis hijos ya no llevamos palitos , ellos prefieren palos grandes, para jugar a caballeros o incluso para hacer magia cual Harry Potter. Pero al final da lo mismo, lo único en lo que pienso es que ojalá cuando tengan mi edad ellos recuerden estos momentos con tanto cariño como lo hago yo. 


Y si no sois una panda de zampones como nosotros y sobran algunas moras, siempre podréis utilizarlas para el cheessecake con moras!!









Ingredientes:

- 500 gr de queso tipo Philadelphia
- 100 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 125 gr de azúcar
- 50 gr de harina
- 3 huevos a temperatura ambiente
- una cucharada de pasta de vainilla
- mantequilla para engrasar el molde 




Elaboración:

Precalentamos el horno a 180 grados. 

Mezclamos la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar, hasta que esté bien integrado 

A continuación, añadimos los huevos de uno a uno, sin añadir otro hasta que el anterior esté totalmente mezclado. 

Tamizamos la harina y la mezclamos con nuestra masa. 

En un bol aparte batimos el queso junto con la cucharada de pasta de vainilla hasta que no se vean grumos. Lo integramos a la mezcla anterior, quedará  una masa fina y bien ligada. 

Engrasamos nuestro molde con mantequilla y vertemos en el nuestra masa. 

Lo llevamos al horno hasta que esté doradito. 

Para que no se hunda al sacarlo del horno, yo lo dejo enfriar dentro del horno con la puerta abierta. 

Añadimos mermelada de moras y unas moras por encima del pastel.







Espero que os guste!! 


Hummingbird cake y otras cosas del verano

14 sept 2016

Ya estamos de vuelta, un año más. 

Los meses pasan volando y si son de vacaciones ni os cuento. No se, se me han escurrido los días entre los dedos igual que la arena de la playa. 

Ahora es cuando se supone que empieza el mes de los propósitos y de las nuevas metas, pero para mi realmente es un mes de adaptación. De volver a la normalidad, de volver a ponerse zapatos y dejar de ir descalzos a todas partes. De volver a las agendas y a las listas de cosas pendientes. Y como no de volver al colegio. 

Fin a la libertad. 

Pero no nos vamos a quejar, ya que hemos empezado el mes con un par de escapadas a la montaña y este sábado tenemos un plan de lo más apetecible. 

Nos vamos de vendimia. 

Desde que tenemos casa en el pueblo hemos intentado que los niños vean de cerca las cosas que se pierden en la ciudad. Y yo tenía muchas ganas de que pudiéramos ir a vendimiar. 

Así que este sábado vamos a recoger uvas y ha pisarlas después. Ya os contaré. 

Ahora os cuento como hacer este delicioso pastel:

Ingredientes: 

- 300 gr. de harina
- 300 gr. de azúcar 
- una cucharadita de bicarbonato 
- una cucharadita de canela en polvo 
- dos cucharaditas de pasta de vainilla 
- una pizca de sal 
- 100 gr. aceite de oliva
- 3 huevos grandes 
- dos plátanos maduros
- 200 gr. de piña en almíbar 
- 80 gr. de nueces
- 80 gr. de coco rallado 

Ingredientes para el frosting: 

- 400 gramos de mantequilla 
- 400 de queso Philadelphia 
- 300 gr. de azúcar glas 

Opcionalmente, coco en escamas, tostado. 







Antes de empezar a hacer nada es importante, además de precalentar el horno, tener todos los ingredientes preparados. No es un pastel muy difícil de hacer, pero si entretenido. 

Picamos las nueces. Chafamos los plátanos. Y cortamos y escurrimos la piña. Y dejamos la mantequilla y el queso Philadelphia fuera de la nevera para que a la hora de trabajarlo esté a temperatura ambiente. 

En un bol mezclamos todos los ingredientes secos: la harina, el bicarbonato, la canela y la sal y removemos bien hasta que esté totalmente integrado. 

En otro bol mezclamos el aceite, los huevos, el azúcar y la pasta de vainilla y removemos bien. Añadimos el plátano y volvemos a remover hasta que esté integrado. A continuación añadiremos las nueces y después el coco rallado. No incorporaremos nunca un nuevo ingrediente, hasta que el anterior no esté totalmente integrado el anterior. Finalmente añadimos la piña. 

Ahora, y por tandas, iremos añadiendo la mezcla seca a la líquida. Vamos removiendo con cuidado hasta que esté totalmente integrado. 

Para este pastel he utilizado dos moldes de 15 cm, previamente engrasados y enharinados para que luego no se nos peguen nuestros bizcochos. 

Repartimos nuestra mezcla en los dos moldes y los llevamos al horno durante unos cuarenta y cinco minutos. Os recuerdo que para aseguraros que esté totalmente cocido hagáis la prueba con un palillo. 

Los sacaremos del horno y los dejamos enfriar diez minutos. Pasado este tiempo lo sacamos del molde y lo dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla. 





Mientras que acaba de enfriarse, preparamos nuestro frosting. 

En un bol mezclamos la mantequilla, el azúcar glas y el queso Philadelphia. Batimos bien con una batidora. 

En este caso corté los copetes de los bizcochos pero no hubo necesidad de partirlos por la mitad. 

Rellenamos las capas con la crema de queso y le ponemos una capa superior finita. Lo llevamos a la nevera por diez minutos para que se fije la primera capa. 

Pasado este tiempo volvemos a sacarlo y le damos el grosor de frosting que nos apetezca. 

Y si podéis decorarlo con las escamas de coco tostado ya sería de lujo!!









Os aseguro que tras un día de playa no hay nada que apetezca más que un buen postre. 

Aunque si venís de la montaña seguro que tampoco le hacéis ascos!!

Espero que os guste. 


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