Tiramisú, del de toda la vida.

Hace tiempo que tenía ganas de subir la receta del tiramisú que hacemos siempre en casa.

Porque aunque este blog es para vosotros, vaya que si no estuvierais al otro lado esto no tendría mucho sentido, también es un poquito para mi. 

Si, lo reconozco, soy malísima para recordar las cantidades de las recetas o saber si  va primero un ingrediente u otro. Esto me suele pasar con la repostería ya que son recetas que se hacen de vez en cuando. Mi familia puede estar tranquila porque las croquetas, las albóndigas y la lasaña las puedo hacer con los ojos cerrados, jajaja

Así que me va genial para consultarme a mi misma cuando no estoy en casa y no tengo mis libretas de receta a mano. 

Es curioso que cuando era joven no me gustaba demasiado ese postre a causa del café. Y es que yo empecé a tomar café de muy mayor, siempre había sido de leche con cloacas, pero conforme te vas haciendo mayor y cambiando de hábitos, tus gustos cambian y tus fronteras culinarias se van ampliando. 

Así que para que no se me olvide ningún ingrediente, o por si mis hijos quieren en algún futuro preparar un tiramisú y evidentemente por si os apetece probarlo en casa os dejo la receta de este tiramisú que no falla nunca.

Ingredientes:

150 gr de melindros (bizcochitos)
250 gr de mascarpone
75 gr de azúcar
3 huevos
1 taza de café
1 cucharadita de vainilla
200 gr de nata para montar (+35% materia grasa)
cacao en polvo

Primero haremos nuestro café, como lo preparemos habitualmente, y lo reservamos hasta que se enfríe.

A continuación separamos las claras de las yemas. 

Las claras las montamos a velocidad alta con una pizca de sal. Tenéis que darle la vuelta al bol y que no se caigan.

Las yemas las ponemos en otro bol junto al azúcar y las batimos hasta que tengan un color amarillo clarito. Añadimos el mascarpone y volvemos a batir junto con una cucharadita de extracto de vainilla.

Incorporamos las claras a punto de nieve (en tres veces) y las mezclamos con una espátula de silicona.

En un plato hondo ponemos el café frío y vamos mojando los melindros de uno en uno y los disponemos en nuestro molde. Cuando tengamos la base cubierta, añadimos una capa de la crema de mascarpone y la espolvoreamos con cacao en polvo. Volvemos a repetir la operación hasta que se nos acaben los bizcochitos.

Lo llevamos a la nevera un mínimo de cuatro horas para que coja consistencia.

Una vez que lo tengamos listo, montamos la nata con un poco de azúcar glas (poquita para que no esté en conjunto demasiado dulce) y la ponemos por encima del tiramisú como más nos guste. Y acabamos espolvoreando otra capa de cacao.

Y solo queda disfrutarlo con aquellos que más os importan !!!